Desde el primer día me quedó
constancia que iba a ser muy duro. Los nervios eran incontrolables esperando la
salida y se notaba en el pelotón. El helicóptero dando vueltas, los supporters
gritando, cámaras por todas partes y de golpe se oye la bocina de salida. El ritmo de inicio es bestial y
eso que a los 4km llegamos a las dunas. Unos 4,5 km empujando la bici con
tranquilidad y haciendo fotos, viviendo la experiencia que sería durísima.
Aunque traté de no quemarme en ese terreno, supongo que se juntaron muchas
cosas incluida la deshidratación y en el km 50 empecé a notar calambres en las
piernas. Sergi me acompañó un buen trozo pero le dije que tirara y me dejara a
mi rollo. Fueron a más, hasta el punto de tener que saltar de la bici y en el
suelo calmarlos como pude. No podía apretar y opté por poner una cadencia y
ritmo suaves, la Titan acababa de empezar y el final de la primera etapa estaba
cerca, en el km 70 en vez del 102. Me salvó el recorte por la tormenta de arena
que nos recibió el día anterior, en ese estado no se si hubiera aguantado
tantos kilómetros. Primera etapa para olvidar con mucho sufrimiento, no pude
relajarme ni con el masaje. Estuve con calambres toda la noche y me levanté con agujetas en los pies.
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